domingo, 22 de diciembre de 2013

10 medidas del PP para el 2014


Nº 1: Blasfemar en lugares públicos comportará multas de hasta 600.000 €, excomunión y pena eterna.

 

Nº 2: El Congreso de los Diputados se convertirá en Congreso Eucarístico Internacional, esperando repetir el éxito de la edición de 1952.


Nº 3: En acto solemne y con presencia de las autoridades eclesiásticas, el apóstol Santiago será proclamado mascota oficial de la marca España y la Virgen del Pilar, campeona de liga.


Nº 4: El rezo del rosario será obligatorio en colas, salas de espera y de embarque, paradas de autobús y otros ratos muertos. Tatuárselo será un plus para obtener plaza de policía o bombero.


Nº 5: Por presiones de la insaciable Conferencia Episcopal, se colgarán crucifijos de todas las farolas para recordarnos a quien hizo posible el milagro de la electricidad con lo de 'hágase la luz'. La primera en instalarlos será Ana Botella.


Nº 6: Se condenará al índice de libros prohibidos '50 sombras de Grey' y, en general, cualquier obra de ese género abominable que es el porno para mamás. 'Las madres españolas decentes no se pueden permitir fantasías sexuales mientras cuidan de la casa y los niños', declarará a propósito cualquier ministro del Opus.


Nº 7: Se segregarán las piscinas municipales por sexos, así como el trasporte público. En las playas se hará más la vista gorda porque primará sobre esta norma el derecho de admisión: se privatizarán todas.


Nº 8: Se hará efectivo el nombramiento de Francisco Marhuenda como Inquisidor Mayor del Reino.


Nº 9: Un real decreto dispondrá que en adelante los representantes públicos jurarán sus cargos ante un altar de campaña en el Cerro de los Ángeles, en eterno desagravio al Sagrado Corazón de Jesús fusilado por los rojos.


Nº 10: Toda oposición a plaza de funcionario público incluirá, además del temario, una semana de peregrinación o romería y otra de ejercicios espirituales. Además los que la aprueben, y en agradecimiento, deberán ir de rodillas a un santuario mariano, Lourdes, Fátima o Génova.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Se vende España, razón portería


Porque todo tiene un precio, no sé por qué has pensado que existe una excepción, cantaba Ariel Rot en Sacrificio. De esto hace ya unos añitos, pero está ahora más vigente que nunca.
A pesar de Jessie J, nos están colgando price tags por todos lados. Nada se libra. Todo está a la venta, todo se privatiza: tu línea de metro, tu plaza, tu centro cultural, tu agua, tu parque, tu bosque, tu museo, tu policía, tu sanidad, tu educación...

Y se convierte en marca: Vodafone Sol, Parque Nacional del Guadarrama-Iberdrola, Teatro Calderón Häagen-Dasz, Fuerzas de seguridad del Estado Eulen... Y algún día, por qué no, seremos ciudadanos de España-Coca Cola, registered trade mark, hidratando el Imperio desde que no se ponía el sol.
Parece una idea loca, pero no es tan descabellado: la línea que separa una línea de metro de un país entero, en realidad, es muy fina. Y el neoliberalismo, en su desvergüenza infinita, se atreve a eso y más.
Estos sí que serían capaces de vender a su propia madre.
Bueno, de externalizarla.


Me recuerdan a esos que veo en los supermercados, marcando los productos con una pistolita. A todo le cuelgan un precio.  La realidad no es más que un conjuntos de lotes y saldos, vendidos al mejor postor.
Y la marca España, apoyá en el quicio de la mancebía del libre mercado, es tan susceptible de ser comprada como todo lo demás.
Una marca, además, devaluada y hundida en una espiral de descrédito, con lo que es posible que despeñe su valor hasta convertirse algún día en el Ofertón de la Semana, llevésela por tanto y le regalamos un televisor de plasma-prime minister.

Sería entonces el momento ideal para que una multinacional imaginativa comprase la marca España para convertirla en su centro de operaciones mundial, cambiando la bandera por su logo y el nombre del país por Microsoftia o Googlelandia.
Qué situación ¿no? Pero espera, que todavía podemos darle otra vuelta de tuerca a esta visión distópica hasta hacerla realmente chusca: imaginad que, en vez de una corporación poderosa, es un multimillonario chino o ruso o de Dubai el que la compra.


Por supuesto, todos los periódicos de derechas lo celebrarían, sacando foto en portada en la que el magnate celebra su adquisición con botellas de champán, mujeres en bikini y tacones y peluquín un poco descolocado por tanta emoción.
Y lo celebran y lo saludan como al 'emprendedor internacional que va a rescatar España de su declive y desidia y la va a dinamizar y blablabla'. Para avalarlo citarán su extenso currículum de compañías prósperas e historial en reflote de empresas.

Lo que ellos no saben es que las cosas se acaban volviendo en tu contra. Porque ese señor, de repente, nos sale antojadizo y arbitrario y, en vez de dinamizar la marca España, lo que hace es ponerla patas arriba. Para empezar, le cambia el nombre. Por el de su hija mayor, Yulinka o Chai Wei o por el de Paella, su plato preferido.
En el caso del multimillonario ruso, probablemente nos transformaría en un Club Med para eslavos con factorías de vodka, casinos-lavanderías de dinero, prostíbulos por todas partes, matones con muy malas formas en todas las puertas y clubes exclusivos donde lucir un lujo obsceno.


Los rusos, en este sentido, son muy predecibles. No tanto los chinos, que mira que son misteriosos. Porque a lo mejor el multimillonario chino nos sale todavía más caprichoso que Sheldon Adelson y decide que la bandera de España le parece demasiado chillona, así que la sustituye por una foto de su cara.
Y ahí tienes el banderón de Colón remplazado por una enorme sábana con el retrato de Mr Wong Yei, sonriente y con un look muy chino, pelo anticuado con raya a un lado y gafas metálicas de montura cuadrada.


El chino, por supuesto, que es muy listo, es también el que comercializa las tiras con su cara para llevar en la muñeca y colgando del retrovisor del coche, con lo que además de redefinir las señas de identidad del país se está forrando.
El chino se acaba nombrando rey y le faltará el respeto a España y la llamará 'puta'. Y ante las críticas dirá: "La llamo como me sale de los lichis, que para eso la compré y es mía.'

Lo peor de todo es que el chino tendrá razón y nos tendremos que callar. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Para conocer la moraleja, hazte usuario Premium. Para todo lo demás, Mastercard.

Todas las fotos son de millonarios rusos.

jueves, 21 de noviembre de 2013

A ti, ¿qué te da morbo?



Es lo normal. Conoces a alguien, vas a su casa, te pone una copa o te saca una cerveza y luego os sentáis juntos en el sofá.
Por aquello de calentar el ambiente, te dice:
-¿Pongo porno?
-No me apetece mucho... ¿No tienes otra cosa?
-Bueno, sí, un vídeo aquí en el móvil. Pero es como muy morboso...
-¿Ah, sí? ¿Qué es?
-Un accidente frontal de coches que grabó mi hermana por casualidad, desde el balcón, tratando de pillar mejor cobertura. Es impresionante. Se oyen claramente los gritos de angustia y dolor de una mujer atrapada en la chatarra. Hay humo, sangre...
-Mmmmmmm... Sí que es morboso.
-Te aviso que es muy fuerte...
-Quiero verlo ya.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Folklobar

También conocido como 'bar cañí', es una de las grandes aportaciones de la cultura española al concepto de bar temático, en dura competencia con los pubs irlandeses y franquicias internacionales como el Hard Rock Café.
Y son algo tan nuestro como esa tapita de jamón ibérico o ese pincho de tortilla que sirven en sus barras junto a una caña bien tirada o un chato de vino peleón -nada de copas finas con caldo pijo a 3 euros- mientras en la tele de la pared, por lo general, se emite un partido de furbo.

Ya va siendo hora de reivindicarlos. Hasta ahora conocíamos el discobar -aquí llamado 'paf', que sonaba a spray matabichos- y el gastrobar, que fue lo que empezó toda esta moda pretenciosa de trasformar las viejas tabernas en emporios de tapa creativa y decoración exquisita que, si acaso recurre a motivos locales, lo hace con mucha ironía.

















Uno, la verdad, ante tanto pastiche, tanto sushibar, tanto wunderbar, tanto photocall y tanto decorado prefiere lo prístino, lo original.
Si la Marca España fuera una bata de cola, los volantes que arrastraría por el suelo son estos. Pero oye, tienen su encanto. Y no es que sean una de nuestras señas de identidad, es que las exhiben todas.
Ríete tú de ese parque temático dedicado a España que hay en Japón.


















Arriba, en el rincón, la típica foto del pueblo donde está el bar o del que proceden los dueños. También es corriente (abajo) encontrarse con una reproducción de la ermita a la que acude todo el pueblo en romería. Estos son bares de raíces profundas.


















En estos folklobares no puede faltar la iconografía más racial, pinturera y española: pósters de corridas de toros, cabezas de toro, banderillas cruzadas, patas de jamón, platos de cerámica, imágenes de la Virgen patrona del pueblo, imágenes de unas cuantas Vírgenes más de las que también es devoto el dueño, estampas religiosas en general, banderas de Espannnnnia, alguna claramente preconstitucional, mucho azulejo -que pueden decorar un zócalo a lo andalú o bien llevar un texto tipo 'aquí no se fía' o un refrán aberrantemente machista sobre las mujeres o la suegra-, cacharrería de cobre, burritos de rafia souvenir de Mijas, láminas con escenas folclóricas, calendarios de la cofradía a la que el dueño pertenece con un Cristo nazareno, muñequitos de legionarios y flamencas...






















La Virgen de las Cubas, posando para ¡Hola! en la bodega de su casa.





















Imagen de la antes conocida como Virgen de la Esperanza o de la Kriptonita Verde y que ahora, tras un acuerdo publicitario y de patrocinio con una famosa marca de refrescos, ha pasado a llamarse Nuestra Señora de la Chispa de la Vida.

















El Santo Cristo del Jamón de Pata Negra, a quien se le atribuye el milagro de multiplicar las raciones de tan preciado manjar en la boda de Pitita Ridruejo.


Todo ello dispuesto por el local con generosidad y sin aparente orden ni concierto, con un criterio expositivo capaz de poner a prueba al curator más desprejuiciado.
Estos folklobares son en el fondo santuarios de ese horror vacui tan característico del kitsch español, todo bien abigarrado, amontonado y juntito -el minimalismo jamás rozó estas orillas-.
El personal de estos castizos establecimientos, además, suele constituir reservas genéticas con patas de auténtico linaje hispano, entre lo noble y lo ceporro. En una palabra, son muy brutos pero muy buena gente y te atienden de forma brusca pero eficiente.

Y es curioso, es en estos bares donde uno comprueba la íntima relación que existe entre el nacional-catolicismo y nuestra gastronomía tradicional, y así nos encontramos al Santo Cristo del Jamón de Pata Negra a o la Virgen de las Cubas, que son como la perfecta fusión entre religión y tapeo y a lo mejor es por eso que si uno repite jamón todo el rato lo que en realidad te parece escuchar es monja.

viernes, 18 de octubre de 2013

Carta abierta de una mujer cualquiera al Sr. Gallardón

Excmo. Sr. Ministro,

Atentamente, 
Nombre........................................................... 
Firma............................................................... 

Rellene las líneas de puntos y sírvase enviarla a:

Don Alberto Ruiz Gallardón 
Ministerio de Justicia 
C/ San Bernardo, 45
28015 Madrid.

jueves, 10 de octubre de 2013

Las prisas no son buenas consejeras


Especialmente si uno se dedica a escribir las paredes furtivamente con mensajes subversivos.
Porque fueron precisamente las prisas, y los nervios, los que aturullaron al autor o autora de la pintada, haciendo que se comiera una sílaba de la palabra 'patriarcado'.

Menos mal que se dio cuenta a tiempo de la errata, o eso parece al dejarla inacabada para intentarlo de nuevo en la misma calle, un poco más arriba.



Y esta vez sí, escribe el texto completo y sin fallos, no diría que despacito y con buena letra, porque no es el caso, pero sí centrándose más en lo que hacía .

Lástima que las paredes no tengan también corrector ortográfico.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Señales de una crisis interminable

















Cómo estará de desesperada la gente en este país que ya dejan sus currículums hasta en los pasos de cebra.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Toy story IV

SINOPSIS:

Juanito, que ha dejado de llamarse así para convertirse en Juan, ha tomado una decisión drástica: deshacerse de los juguetes de su infancia, a los que ha metido en una caja de cartón y ha abandonado en la calle.

Juanito, que fue un niño adorable, ahora que es adolescente se ha portado como un desalmado.
Será el pavo, la tontería de la edad, que te vuelves arisco y difícil, el caso es que sus juguetes no dan crédito.
Primero porque, en vez de tirarlos a la calle, podría haberlos llevado a algún centro para que se entregaran a familias necesitadas y así seguir cumpliendo su función: llenar de alegría e ilusión la vida de otros niños.
Muchos de los juguetes están todavía en buen estado. ¿Por qué no les dio una segunda oportunidad?

Tampoco se explican que se haya deshecho con tan malas formas de ellos, unos juguetes que han sido, durante años, sus más leales compañeros de juegos.
Unos juguetes que ahora están tristes, desahuciados, y que, en cuanto nadie pase por la calle, dejarán su postura estática e inexpresiva y cobrarán vida para quejarse amargamente por su destino y por lo ingrato que ha sido Juanito, que les ha impuesto un ERE brutal después de años de servicio.

Indignados, y con motivo, resuelven primero formar una asamblea donde discutir el nuevo escenario y plantear soluciones.
Seis horas después de intenso debate, decide tomarse la primera medida: hacerle un escrache en la puerta de casa a Juanito.

A esta acción le seguirán trepidantes aventuras que harán las delicias de grandes y pequeños y que incluirán antidisturbios, risas y lágrimas, tertulianos de derechas reclamando la ilegalización de todos los juguetes por etarras, protestas formales de la embajada china, romances imposibles entre superhombres de plástico y muñecos de peluche y un giro final inesperado que demostrará de una vez por todas que, con los juguetes, no se juega.